El lilisismo sobrevivi por muchos a os a la muerte de Ulises Heureaux y, desde entonces, su figura ha merecido m ltiples honores. Al ser asesinado, fue enterrado en la iglesia parroquial de Santiago, el lugar m s sagrado que pod a tener esa ciudad. Despu s de permanecer all por m s de un siglo sin ser molestado, oyendo la mayor cantidad de misas que haya soportado un presidente dominicano vivo o muerto, sus restos fueron sacados en el 2010, con...
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