Ondeando al viento al frente de la treintena de caballos y camellos que avanzaban sobre la interminable llanura, destacaba una bandera verde sobre la que campeaban dos espadas y una leyenda en caracteres rabes: "No hay m s Dios que Al y Mahoma es su profeta". Y junto a la bandera, a la cabeza de un pu ado de orgullosos jinetes de rostro decidido que no parec an sentir ni calor ni cansancio, se distingu a, destacando sobre todas, la imponente figura...