Esta novela bien pudiera ser le?da como un libro de viajes. Algo debe, s?, a los road movies del cine, pero sobre todo es un viaje interior y tremendo al fuego de la pasi?n y al horror de la venganza, con Barcelona, Marsella, Shanghai y Kioto como escenarios y Montecristo flotando sobre las aguas turbias de la irracionalidad. Las Noches de Obon son tambi?n un paseo nocturno por aquel Oriente que nunca atraves? el tamiz del pensamiento griego, con...