Como nos hab a pedido el papa, el martes a las diez de la ma ana est bamos en la sala Pablo VI uniformados. La guardia suiza a la derecha, los reclutas a la izquierda. Le sentaba bien el traje a Markus, pero se le notaba un tanto nervioso. Supongo que como a todos. Para ellos, empezaba una nueva vida, llena de responsabilidades y de retos.
La sala estaba llena. Los m s altos prelados del Vaticano asist an a la ceremonia. - Pietro, mis padres...