En la noche sin nombres, sin respuestas, sin orillas; en la noche muda de nuestro cuerpo, aguardan impacientes los demonios de la lengua. Un m?stico jesuita que al d?a siguiente de su encuentro con dios no sabe si fue el demonio quien le dio ese placer inmenso. Y la lengua le crece hasta ahorcarlo. Su historia es contada siglos despu?s por un apasionado historiador her?tico que ayud? a que se cerrara la inquisici?n. Ambos narradores son juzgados...