La mujer de todo el mundo, de Alejandro Sawa, se rotula como novela social o incluso como caso de patolog a social que yo he sorprendido rodando por el mundo, como afirma en la dedicatoria a su hermano Enrique: una exposici n de la degeneraci n humana y la falta de escr pulos encarnados en la condesa del Zarzal, arist crata venida a menos, que quiere persistir en su estatus social cuando su simple atractivo se viene abajo. Para ello, intrigara, seduciendo...