Mi vecino, Kimmy, trajo a su casa un hermoso cachorro de apenas tres semanas, con una gran burbujienta personalidad y con una pelaje suave. El adora ser acariciado por todas las visitas. A el tambien le encanta correr y jugar con los otros perros. Pero, cuando Kimmy le pone la correa, y trata de darle una caminata, este se rehusa a caminar. Esto ha sido una gran batalla entre Kimmy y Jorge que parece ser una batalla sin fin. Observando las payasadas...