Mediaba el a o de 1814. La libertad sudamericana hab a cumplido su primer lustro de existencia entre combates y victorias; era ya un hecho: ten a ej rcitos guiados por heroicos paladines, y desde las orillas del Desaguadero, hasta la ciudadela de Tucum n, nuestro suelo era un vasto palenque, humeante, tumultuoso, ensangrentado, que el valor incansable de nuestros padres, disputaba palmo a palmo, al valor no menos incansable de sus opresores. En aquel...