Dos relatos incluye las siguientes narraciones de Blanco White: Costumbres h ngaras y El alc zar de Sevilla
Costumbres h ngaras empieza con un recorrido por el T mesis en barco. El relato de Blanco White se deleita en el paisaje y se evoca con nostalgia a Espa a. Luego entre el paisaje emerge el personaje que servir de coartada para la historia y las peripecias varias que se ir n sucediendo. El narrador y el protagonista se dirigen a la casa del ltimo y all un cuadro reconduce la historia hacia Viena, en la que el protagonista ha pasado su juventud.
Es entonces el momento en que el personaje principal narra una historia de amor dram tica transcurrida durante un viaje de juventud a Hungr a. Y parece que las Costumbres h ngaras terminan siendo dram ticas en extremo...
El alc zar de Sevilla es un relato en que se entretejen diferentes historias sevillanas. Dos personajes nos atrapan en un di logo en que se cuentan historias sobre Mar a Padilla, Pedro o el Cruel, el Romancero y la ciudad de Sevilla. El final nos sorprende con una historia de moriscos que regresan en secreto a la ciudad de sus sue os:
Entre las desventuradas familias de moriscos espa oles que se vieron forzados a salir de Espa a por los a os de 1610, se contaba la de un rico labrador, due o de esa misma casa de que hemos hablado. Como el objeto principal del gobierno en la expulsi n de los moriscos fue evitar que se llevasen consigo sus riquezas, muchos de ellos las enterraron, esperando en mejores tiempos el permiso de volver de frica a sus antiguos hogares. Mulei Hasem hab a mandado construir una b veda debajo del ancho zagu n de su casa. Tom sus precauciones para que nada echasen de ver sus vecinos; deposit en la b veda una gran cantidad de perlas y oro, e hizo conjurar el sitio por otro morisco, diestro en el arte diab lica.