En este libro he querido rendir un homenaje al c mico hispano Cantinflas, el m s injustamente maltratado por los cr ticos, y demostrar que su capacidad de improvisaci n para hacernos re r era ilimitada. A pesar de que sus pel culas ten an un p simo gui n y una deficiente realizaci n, su sola presencia bastaba para llenar la pantalla. Su nico problema era que su jerga c mica era tan r pida, tan incongruente, que nos perd amos la mayor a de sus chistes...