El sarcasmo es una constante en el estilo de Astrid. Ciertos pasajes tienen ese regusto a humor cinico propio de tantos escritores curtidos en un destino tragico, del que ella se aduena para describir de manera cruda y sin edulcorar un mundo que es imposible asumir desde otra perspectiva. Porque ella es asi, disfruta jugando con la muerte y con la inconsistencia de la vida. Entiende la vida como algo fragil, insustancial e intrascendente, y cuando...